21/12/06

Antología de Antonio Gamoneda


Antonio Gamoneda.
Antología poética.

Selección e introducción de Tomás Sánchez Santiago.
Alianza Editorial. Madrid, 2006.

Poeta de la extralimitación llama Tomás Sánchez Santiago a Antonio Gamoneda en La armonía de la tormenta, el enjundioso y contenido prólogo que ha escrito para introducir la lectura de esta Antología poética que acaba de editar El libro de bolsillo de Alianza Editorial.

Y es que si la poesía es casi siempre una experiencia extrema de límites, lo es más en un poeta como Gamoneda que no está por encima de las modas, sino por debajo, porque en su poesía hay algo profundamente telúrico que tira de nosotros hacia abajo, un río subterráneo y torrencial, una voz sumergida y oculta, no tan secreta como acallada por la censura en el franquismo.

De Gamoneda hemos aprendido sus lectores a convivir con la luz del plomo, con la injusticia y la soledad, a soportar el peso del mercurio, el temblor del azufre y el óxido que sabe a una desaparición y tiene el mismo olor que la tristeza. A entender que para un poeta un libro es una aparición y un poema,"un pensamiento que canta."

A las ediciones más asequibles: la generosa recopilación que Miguel Casado hizo en Edad para Cátedra Letras Hispánicas; el Libro del frío y el Libro de los venenos que publicó Siruela y Esta luz (Galaxia Gutenberg) se suma ahora esta excelente Antología poética, que planteaba a su editor literario una dificultad especial. Consciente del riesgo de antologar una escritura tan radicalmente unitaria como la de Gamoneda, Sánchez Santiago ha utilizado con destreza como hilo conductor una serie de elementos temáticos y expresivos que contienen las claves de la unidad de la obra del último premio Cervantes.

Y especialmente el tiempo y el espacio como ejes referenciales de su evolución poética. Una evolución marcada por la temporalidad hasta Descripción de la mentira y por la abolición del tiempo en favor de una poética de lo espacial a partir del Libro del frío. O, lo que es lo mismo, el paso del canto a la contemplación a través de palabras e imágenes de una enorme fuerza expresiva.

Imágenes y palabras fundidas en el magma oscuro de la memoria violenta y armónica que vive en el armario lleno de sombra del que surge una poesía que no se comprende con la inteligencia racional, sino de otra manera más intensa, más primaria, más duradera:

como se comprende
un fruto con la boca, una luz con los ojos.


Santos Domínguez