1/3/07

Los conquistadores del horizonte

Felipe Fernández-Armesto.
Los conquistadores del horizonte. Una historia mundial de la exploración.
Ediciones Destino. Madrid, 2006.

“La Historia tiene dos grandes historias que contar. La primera es la del largo proceso por el que las culturas de los hombres divergieron – cómo se alejaron y crecieron sus diferencias, bajo el signo de la ignorancia o el menosprecio de unas por otras –. La segunda es el tema principal de este libro: una historia relativamente breve y reciente de la convergencia cómo los distintos grupos humanos volvieron a entrar en contacto, intercambiaron rasgos culturales, imitaron formas de vida y se hicieron de nuevo más parecidos unos a otros.”

Felipe Fernández-Armesto, catedrático de historia mundial y medioambiental en la Universidad de Londres, comienza con este párrafo un repaso a toda la historia de la humanidad, desde que los Homo Sapiens partiendo de África se desperdigaron por el planeta (la divergencia) hasta que hace unos cinco mil años empezaron a realizar viajes exploratorios que volvieron a poner en contacto (la convergencia) las civilizaciones que se habían levantado en los distintos continentes.

En algo más de quinientas páginas, bien escritas y magníficamente ilustradas, se pasa a revista a los principales viajes de exploración geográfica, y aunque reciben más atención los viajes de los últimos quinientos años, no se trata de una obra centrada en los descubridores europeos, sino que los primitivos navegantes polinesios y egipcios, los marinos musulmanes que surcaron el Índico, o el gran navegante chino Zheng He, ven reconocido su papel en el proceso de convergencia humano.

Con todo, son los exploradores occidentales posteriores al siglo XV los que más páginas ocupan, probablemente porque disponemos de más y mejor información sobre sus viajes y porque, para lo bueno y para lo malo, han sido los occidentales quienes han culminado el proceso que ha reconectado todas las comunidades humanas del planeta. O casi todas, porque en el último capítulo Fernández-Armesto afirma que según cálculos estadísticos deben quedar amparados por la selva amazónica unas pocas decenas de grupos humanos totalmente ajenos a esa convergencia que desde hace apenas treinta años llamamos globalización.

El mayor mérito de este libro es recoger en unas pocas páginas los puntos clave que permiten entender cuáles fueron las intenciones de estos exploradores, de qué medios se sirvieron, cómo organizaron sus viajes y qué frutos obtuvieron. Así, en apenas doce excelentes páginas se nos describen los viajes de Colón, los siete viajes del eunuco Zheng He se relatan en ocho páginas, la vuelta al mundo de Magallanes en cinco…

Se trata, de una historia global de la exploración, entre las que se incluyen no pocos fracasos, como la búsqueda de la Terra Australis o el paso del Noroeste, y que culmina con una descripción en su último capítulo del proceso de globalización realizado entre 1850 y el año 2000.

Y aunque nos quede por visitar el fondo de los océanos, la tierra por debajo de su corteza, la parte superior de la atmósfera y buena parte de las selvas tropicales; podemos sentir en sus últimas páginas la melancolía que produce el fin de una historia que “ha sido una sucesión de insensateces, en la que prácticamente cada paso adelante ha sido el resultado fallido de un salto que pretendía llegar mucho más lejos”, idea que retrata, probablemente, el conjunto de la historia de la humanidad.
Jesús Tapia