27/4/08

Kilómetro 43



Abel Murcia.
Kilómetro 43.
Prólogo de Justo Navarro.
Bartleby Poesía. Madrid, 2008.


Abel Murcia identifica tiempo y espacio: el tiempo es nuestro espacio, nuestras experiencias son nuestro destino, explica Justo Navarro al comienzo del prólogo que ha escrito para presentar este Kilómetro 43 de Abel Murcia que acaba de publicar Bartleby Poesía.

Traductor de Wislawa Szimborska y de Kapuscinski, que han dejado su huella en el tono y el fraseo de su poesía, la escritura de Abel Murcia en este libro es una forma privilegiada del recuerdo, un diálogo temporal con el que fue, con lo que fue a la vez que él, con una memoria que tiene siempre una inevitable dimensión espacial:

Y si miras atrás,
no verás otra mar que la de Ulises

De esa manera, a la altura del kilómetro 43, el poeta mira el retrovisor para llenar con palabras el vacío que dejamos atrás. Para llenarlo o para explicarlo, para entenderlo y entenderse hoy en la ausencia del que fuimos y de los que no están.

Meditación, memoria y experiencia y una pausada respiración del verso para conducir la emoción por un cauce de ríos manriqueños hacia el mar, por una carretera que a estas alturas ya ha dejado en el poeta las heridas de 43 kilómetros de viaje.

La bicicleta de la infancia ha cambiado sus ruedas por las de una rueca que deshila el destino. Las playas, los calendarios, los veranos o las cigüeñas son las referencias con las que se evoca un tiempo que no existe (Cuánta nada he encontrado en estos doce meses), un yo que sólo persiste en los sueños (Mirarse en el espejo y sentirse mirado/ por el que nunca fuimos) o lugares que ya no existen más que en la memoria (Ya no existen las playas desiertas de mi infancia).

Lo resume Abel Murcia en un verso espléndido que recoge el sentido del libro, su origen y la justificación de su escritura:

Sucede con los reinos, el mío ya no existe.

Santos Domínguez