1/9/08

Dignum est y otros poemas



Odysseas Elytis.
Dignum est y otros poemas.
Traducción, selección y prólogo de Cristián Carandell.
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Barcelona, 2008.

Como un “poeta del amor, que concibe la vida como alegría, eternamente joven, guiado por la lógica de la naturaleza y una desbordante fantasía lírica, que es música, que es pintura, que es danza”, define a Odysseas Elytis (1911-1996) Cristián Carandell en el prólogo a la edición bilingüe que ha preparado para Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores.

Dignum est (1959), el largo poema-libro que abre la amplia selección de la poesía de Elytis, no es sólo su obra más importante. Es también –como La tierra baldía, Anábasis o Espacio- uno de los grandes poemas del siglo XX. Como ellos, extenso, salmódico y exigente, clausura una manera de escribir poesía y propone una lectura del mundo bajo una nueva luz. Monumental y sorprendente como esos poemas mayores, Dignum est marca un antes y un después, un camino sin retorno en la obra de Elytis y en la poesía griega contemporánea.

Como de todas esas cimas múltiples y complejas, el poeta baja de su experiencia creativa transfigurado, y el lector tiene la sensación de que sus libros anteriores no eran sino tentativas y avanzadillas para preparar esa ascensión que prefigura también lo que vendrá después y abre una vía por la que discurrirá su producción posterior.

Dignum est constituye un eje entre el inicial superrealismo eluardiano de Orientaciones o El sol primero y la depuración técnica y la mirada estilizada de los libros posteriores (Sol soliarca, Diario de un abril invisible, Elegía de Oxópetra o De cerca), en los que la poesía se plantea como descubrimiento, como viaje en busca de la luminosidad y la transparencia.

A partir de Dignum est la vocación de la poesía de Elytis es intervenir sobre lo real con mirada penetrante y palabra transformadora, con la capacidad de la metáfora para revelar la esencia de la realidad. Más allá de la mera transcripción del mundo, el poema aspira a descubrir el misterio de la belleza y a resolver el enigma de la luz.

El poeta usa así las sílabas, las palabras y las frases de una lengua desconocida para desvelar con ellas los signos secretos de una verdad más profunda que la que captan los sentidos o interpreta la razón:

Allí donde el racionalismo depone sus armas –ha escrito Elytis- empieza el territorio de la poesía, la aproximación con la magia verbal a aquello que sobrepasa la mera comprensión intelectual hasta hacer del poema el lugar de la revelación y la luminosidad.

Como en todas esas crestas poéticas que perfilan la poesía del siglo XX, en Dignum est, sobre todo en su espléndida tercera parte, y en sus libros posteriores se dan cita distintos elementos -desde la experiencia personal a la colectiva- y se aúnan tradición y modernidad para responder a una crisis que está – como en todos esos grandes poemas- en la raíz de este libro.

La integración de imagen y ritmo, de la nostalgia elegíaca y la exaltación hímnica, la armonización de forma y sentido, de espíritu y materia, de ética y belleza, de lo épico y lo lírico, de lo apolíneo y lo dionisiaco, son algunos de los ejes de una síntesis de tradiciones cultas y populares que recuerda a algunos de los poetas del 27 que más admiró Elytis. Y el resultado es una poesía que tiene como centro o como fondo la naturaleza mediterránea, la exaltación de la luz, el mar y el viento, las olas del Egeo, los olivos, el verano, el mediodía y las muchachas. En suma, la revelación del mundo a través de lo que el propio Elytis definió como una "metafísica de la luz".

A propósito de Eluard, Elytis escribió estas líneas, que pueden resumir su propia obra:

Lo que escribe llega enseguida a nuestro corazón, nos golpea en medio del pecho como una ola de otra vida sacada de la suma de nuestros más mágicos sueños.

Santos Domínguez