7/9/09

El cuento de siempre acabar


Medardo Fraile.
El cuento de siempre acabar.
Pre-Textos. Valencia, 2009.

Autobiografía y memorias es la doble matización que ha elegido Medardo Fraile como subtítulo de El cuento de siempre acabar, el volumen que publica Pre-Textos en su colección Narrativa Contemporánea.

En él, Medardo Fraile aúna soltura narrativa y verdad, dos de las bases de su literatura. Escritura y verdad había titulado sus Cuentos Completos en Páginas de Espuma y Cuentos de verdad era el título elegido para la selección que hizo Pilar Palomo de sus relatos en Cátedra.

Entre la autobiografía personal y la memoria de un tiempo y un espacio compartidos con los demás, en la reconstrucción del pasado por parte de Medardo Fraile se unen la capacidad narrativa en la evocación y la ironía comprensiva de raíz cervantina, el homenaje y la risa burlona para dar cuenta de diversos tiempos y lugares y de una abundante fauna urbana o rural, civil o militar, universitaria o iletrada, intelectual o ágrafa.

Antes de la conciencia del tiempo, sus páginas reconstruyen los espacios de la memoria: las sucesivas casas madrileñas donde vivió antes, durante y tras la guerra civil, los veranos infantiles en Úbeda o el ir y venir por las calles de Madrid.

Rostros, nombres y fotografías pueblan las primeras evocaciones del entorno familiar del niño (su temprana orfandad, sus tías, un hermano muerto a los cinco meses, su padre) que poco a poco va abriéndose al mundo, a las calles de la guerra, a la escuela y el instituto, a la realidad de la posguerra.

La virtud narrativa de Medardo Fraile evoca aquellos años de infancia con trastienda en los amenes de un reinado y en los años republicanos que están en la raíz de muchos de sus relatos, de resonancias proustianas y con un juego de sobreentendidos y guiños que exigen, como este magnífico volumen memorialístico, la complicidad del lector. Muchos de sus cuentos surgen de situaciones cotidianas transformadas en materia narrativa y dotados de una fuerte capacidad de sugerir a partir de lo aparentemente trivial.

Inevitable y felizmente, esa misma técnica es la que aparece en estas páginas en las que conviven relato, tiempo y una abundante baraja de personajes que forman parte de sus recuerdos: El juguete más apasionante para mí ha sido la gente que me rodeaba.

Y así, con esa mezcla de autobiografía y memoria, la historia personal de Medardo Fraile se recorta sobre el telón de fondo de aquella España de la posguerra en la que se inició en el periodismo y en el teatro, hizo las milicias universitarias y se fue convirtiendo en miembro destacado del grupo de narradores del medio siglo.

Aquellos narradores que se dieron a conocer en la Revista Española de Rodríguez Moñino, Aldecoa, Fernández Santos, Sánchez Ferlosio, Carmen Martín Gaite son, junto con los dramaturgos Alfonso Sastre, Paso y Buero, algunas de las presencias más repetidas en unas páginas ágiles en las que lo estrictamente autobiográfico se funde con la memoria de un tiempo duro y crucial en la sociedad y la literatura de la posguerra.

Tal vez por eso, la memoria abandona la melancolía y se hace más crítica con aquella fauna ibérica que Medardo Fraile conoció en los años universitarios o en las tertulias literarias. Algunos de aquellos ejemplares salen de estas páginas con heridas serias. Sus nombres los encontrará el curioso lector en el amplio índice onomástico que cierra el volumen.

Santos Domínguez