23/12/11

Ovidio. Metamorfosis


Ovidio.
Metamorfosis.
Prólogo de Gustavo Martín Garzo.
Traducción de Antonio Ramírez de Verger
y Fernando Navarro Antolín.
Libros Singulares. Alianza Editorial. Madrid, 2011.

Con las Metamorfosis, Ovidio escribió uno de los libros fundamentales de la historia, un clásico que alimentó a los clásicos y avivó la imaginación de los lectores a lo largo de los siglos. Es la savia inconsciente que nutre el árbol de la literatura, una biblia pagana, un Génesis latino con diluvio universal incluido, una explicación del mundo y de lo humano que forma parte del sistema circulatorio de la tradición occidental.

Cinco años de trabajo dedicó Ovidio a escribir los doce mil versos que organizó en quince libros articulados de manera coherente con episodios conectados entre sí. Estaba revisando y corrigiendo estos textos cuando Augusto lo desterró al Ponto, en las orillas del Mar Negro, en lo que hoy es Constanza en la actual Rumanía.

Un poema y un error,
según el poeta, fueron la causa de aquel destierro de origen tan opaco como esas palabras. Ovidio creó una fecunda tradición cuando abordó doscientos ochenta mitos en las Metamorfosis, pero no partía de la nada, sino de un heterogéneo fondo tradicional sobre el que hizo un ejercicio de virtuosismo literario con esos materiales que acumulaban ya un recorrido de siglos.

Organizados en torno a la transformación, la mayoría son mitos en los que la muerte o la frustración ocupan un papel central; proponen -sin creerla, como pura ficción- una historia mágica del mundo; trazan un mapa de los sentimientos; hablan -sin moraleja y con comprensión- de las virtudes y los defectos de los hombres, de amores problemáticos y separaciones traumáticas, de la desolación de las guerras, de las relaciones conflictivas entre los dioses y unos hombres que les habían ganado definitivamente el territorio.

Por esa comprensión de la complejidad de lo humano un Ovidio alejado de la intención didáctica y de la convicción religiosa prefiere practicar la literatura en estado puro y afrontar la realidad desde distintas perspectivas
que abordan el mundo interior y el mundo exterior y explican los cambios de tono del libro: de lo épico a lo lírico, de lo serio a lo humorístico, de lo elegiaco a lo celebratorio en relatos que van desde la creación del mundo hasta César, desde las edades del hombre hasta Pitágoras. Y en medio, Acteón y sus perros sin dueño, Píramo y Tisbe, la doble vida de Tiresias, Eco y Narciso, Orfeo en los infiernos, otra versión de la guerra de Troya y de Eneas o la tela de Aracne.

Historias que muestran que todo se transforma y nada muere, aunque lo parezca, porque –afirma
Gustavo Martín Garzo en su presentación- “aunque es cierto que en este libro se nombra mil veces la muerte, lo más asombroso es que todo en él parece haber sido concebido para refutarla.”

Dante, Garcilaso o Shakespeare les deben a estos relatos de transformaciones una parte sustancial de sus argumentos, como la pintura de Tiziano o de Velázquez, como la música de Vivaldi, la ópera o la escultura.

Alianza Editorial
recupera esta obra fundacional en una magnífica traducción y en la nueva colección ¡Clásicos!, que con un diseño renovador y en tapa dura, ofrece traducciones solventes y prólogos presentados por escritores, científicos, pensadores o actores que aportan una perspectiva nueva –tan distante de lo académico como cercana al lector del siglo XXI- sobre unos textos que siguen tan vivos como el día que se escribieron. Por esa razón, entre otras, Martín Garzo define en su presentación este libro de Ovidio como una refutación de la muerte, una obra que no podrán destruir –como escribía el poeta en el Epílogo- ni la cólera de Júpiter ni el fuego ni el hierro ni el tiempo voraz.

Santos Domínguez