4/5/12

Poesía contemporánea en lengua hebrea



Poesía contemporánea en lengua hebrea.
Antología.
Selección, versión y notas de
 Luisa Futoransky y Marta Teitelbaum.
Prólogo de Leonardo Senkman.
Libros del Aire. Madrid, 2012.


No fue sacrificado Isaac como se cuenta,
vivió muchos y venturosos años,
hasta que la luz de sus ojos se oscureció.

Pero a su progenie le transmitió aquel momento.
Nace
con un cuchillo en el corazón...


Así termina Herencia, el poema de Jaim Guri que abre la antología de poesía hebrea contemporánea que acaba de publicar Libros del aire en su colección Jardín cerrado.

Además de él, otros doce poetas –con cuatro o cinco textos, según los casos- figuran en una muestra de la que afirma en su prólogo Leonardo Senkman que es “una invitación a conocer Israel a través de esta antología donde la poesía de un pueblo se fragua en la imaginación y sensibilidad de la palabra poética de algunas de sus voces individuales.”

Seleccionados, traducidos y anotados por Luisa Futoransky y Marta Teitelbaum, los poemas de esta antología reflejan la peculiaridad de un mundo que se debate entre la tradición y la modernidad, entre la influencia oriental y la occidental, entre la identidad religiosa y la vida civil, entre la intimidad de los poetas y su conciencia nacional.

Combatientes como el propio Guri, supervivientes de los campos de exterminio como Dan Paguis, que anotaba con una tiza sobre el muro blanco /todos sus nombres, todos/ para no olvidar el mío”; autores de una obra intimista como Dalia Ravicovich militante pacifista y feminista; rebeldes y opuestas al canon patriarcal, como Yona Wollach; poetas urbanos y futuristas como David Avidan o denunciantes de la ocupación y la opresión sobre los palestinos como Ahron Shabtai, o el galileo Naim Araidi, autor del espléndido Una mirada hacia Jerusalén:

Tal vez podríamos juntar
todas las grandes piedras
de las colinas de Jerusalén.
Tal vez podríamos construir
otro Muro
otra Mezquita
y otra Iglesia.
Tal vez.

Olvidaremos los errores del pasado.
Tal vez construiremos por fin
otra ciudad
no en las colinas de Jerusalén.

La llamaremos Jerusalén.


Organizados cronológicamente entre Jaim Guri (1923) y Sara Friedland Ben Arza (1960) trece nombres, trece mundos poéticos diferentes que se mueven entre la reivindicación y la ironía, entre la ciudad y el desierto, entre la metáfora, la imaginación, el testimonio y el amor.

Trece voces unidas por la lengua hebrea y los problemáticos referentes culturales, históricos y sociales sobre los que se levanta su compleja identidad personal y colectiva.



Santos Domínguez