5/1/13

Shakespeare. Comedias y Tragicomedias



William Shakespeare.
Teatro completo II.
Comedias y Tragicomedias.
Edición de Ángel-Luis Pujante.
Espasa Clásicos. Barcelona, 2012.

Los tres círculos concéntricos que se unen en la noche del bosque y en un sueño de verano, las comedias oscuras y la fuerza del deseo, la Roma clásica y la Florencia del Renacimiento, el Rosellón o las Bermudas, el amor y los celos y las variables formas de la venganza, lo cortesano y lo pastoril, el campo y la ciudad, la ambigüedad sexual, el humor y la inteligencia, una Venecia oscilante entre lo trágico y lo cómico, el sueño y la magia, el desdén y la furia domada, lo inverosímil y los naufragios, los mercaderes y los equívocos, el honor y la ambición, el enredo y el diálogo, el teatro dentro del teatro, Falstaff y las comadres de Windsor, el mito y la tempestad, el perdón y la risa, los juegos de palabras, la simulación y las apariencias, las mujeres disfrazadas de hombre y los matrimonios no deseados, la libertad individual y las convenciones sociales...

El mundo, el hombre y la vida según Shakespeare, cuyas comedias contienen la totalidad de la realidad, desde su plenitud más luminosa en El sueño de una noche de verano hasta su sesgo más oscuro y amargo en El mercader de Venecia, desde la veta trágica de Medida por medida a la armonía musical de La tempestad.

De ahí que, con la libertad creativa que le caracteriza, Shakespeare se mueva a partir de Medida por medida y Pericles en un territorio incierto que combina lo trágico y lo cómico, en un cruce de géneros más propio ya del Barroco que del Renacimiento.

Muchas de estas obras funcionan como un mecanismo de precisión, aunque todavía se discute y se seguirá discutiendo la jerarquía de su perfección. Para unos, El sueño de una noche de verano con su fusión sutil de realidad y fantasía; para otros, Noche de Reyes, la culminación de sus comedias amorosas en una apoteosis de libertad, sutileza y equilibrio constructivo; otros, en fin, prefieren la deslumbrante alegría de La tempestad.

La colección Espasa Clásicos sigue publicando el teatro completo de William Shakespeare, el mayor dramaturgo de la historia, el clásico primordial. Tras la primera entrega, que recogía las Tragedias completas, acaba de aparecer  un volumen que reúne todas las comedias y tragicomedias de Shakespeare, en una versión unitaria y actual con traducciones de Ángel Luis Pujante, Salvador Oliva y Alfredo Michel Modenessi.

Precedidas de un prólogo general sobre la evolución técnica y temática de las comedias y de una breve introducción a cada obra, organizadas en orden cronológico y presentadas en una edición cuidadísima, ocho de las dieciocho traducciones son inéditas: Los dos caballeros de Verona, Todo bien si acaba bien, Cimbelino, La fierecilla domada, Las alegres comadres de Windsor, Pericles, La comedia de los enredos y Afanes de amor en vano.

La serie se completará con un tercer volumen que recogerá las piezas que el First Folio clasificaba como Histories, los dramas históricos.

Como a todos los clásicos que lo son de verdad, a Shakespeare no se le acaba de leer nunca. Y por eso vale la pena volver una y otra vez a sus textos, porque en cada nueva lectura, en cada nueva versión, en cada nueva puesta en escena de sus variadas tramas incide una luz distinta.

Santos Domínguez