25/10/13

Fernando Pessoa. Un corazón de nadie


Fernando Pessoa.
Un corazón de nadie.
Antología poética (1913-1935)
Selección, traducción y prólogo 
de Ángel Campos.
Galaxia Gutenberg /Círculo de Lectores. 
Barcelona, 2013.

Dorme, insciente de alheios corações,
Coração de ninguém.

Doce años después de su primera edición en la colección de poesía de Galaxia Gutenberg /Círculo de Lectores, se reedita en rústica Un corazón de nadie, la imprescindible antología bilingüe que reúne un nutrido conjunto de poemas escritos por Fernando Pessoa entre 1913 y 1935.

Tres heterónimos –Alberto Caeiro, Ricardo Reis, Álvaro de Campos- y el ortónimo Fernando Pessoa, que representan el drama em gente sobre el que se construye una de las obras poéticas más relevantes del panorama poético europeo del siglo XX.

Editada por primera vez en 2001, vuelve ahora a las mesas de novedades en un nuevo formato con el prólogo esclarecedor y las traducciones memorables de Ángel Campos, uno de los mejores traductores de poesía portuguesa.

“Creador -en palabras del editor- de una de las obras más complejas e inquietantes de la literatura contemporánea,” Fernando Pessoa, aquel extraño extranjero del que habló Robert Bréchon en un libro fundamental- encauzó en la poesía sus trastornos psíquicos y elaboró una obra plural y compleja.

Una obra que nace de la niebla interpuesta entre su yo y el mundo y que desde el 8 de marzo de 1914 se resuelve en el drama em gente que vertebra su obra a través de un diálogo constante entre los heterónimos que responde a la voluntad abarcadora de Pessoa y a su voluntad de proyectar en ellos la expresión de un mundo plural y una visión multicéntrica, porque cada uno de los heterónimos expresa un concepto distinto de la vida y de la poesía. 

Caeiro, poeta sin instrucción, pasó toda su vida en el campo. De él decía su discípulo Ricardo Reis que fue un objetivista absoluto, de intuición sobrehumana y que “sus poemas son lo que hubo en él de vida.” Instintiva y vitalista, su poesía surge y se desarrolla con la misma naturalidad que la vida. En El guardador de rebaños, uno de sus textos fundamentales, escribe: el único sentido oculto de las cosas / es que no tienen ningún sentido oculto.

De Ricardo Reis, clásico en su pensamiento estoico y en su poesía equilibrada, escribió Pessoa: “por la educación que recibió es latinista, y por la que se procuró a sí mismo, semihelenista.” El epicureísmo triste de su pensamiento busca la calma -Mejor saber pasar en silencio y sin grandes desasosiegos- y su verso aspira a expresarse con el equilibrio de la serenidad -aguardando la muerte / como quien la conoce.

De los poemas de Álvaro de Campos, ingeniero naval en paro formado en Glasgow, poeta futurista y complejo, decía Ricardo Reis que “son un derramarse de emoción. La idea sirve a la emoción, no la domina.” Campos es el autor de Tabacaria, quizá el más memorable poema de Pessoa, y de la Oda triunfal, urbana y vanguardista, escrita en Londres en junio del 14: A la dolorosa luz de las grandes lámparas eléctricas de la fábrica tengo fiebre y escribo...

Llevan su firma algunos de los mejores y más recordados poemas –Oda marítima, Lisbon Revisited, Al volante del Chevrolet por la carretera de Sintra, Callos a la manera de Oporto...- de Fernando Pessoa, el ortónimo en cuyos poemas conviven –en sus propias palabras- “la exaltación íntima del poeta y la despersonalización del dramaturgo.”

Es el poeta que escribe esta exaltación insegura de lo opaco:

Nadie conoce el alma que atesora 
ni sabe lo que es bien ni lo que es mal.

Poeta del vacío y de la nada, dijo de él Jorge de Sena. Es, tal vez, pese a su máscara ortónima, el más directo de todos los actores del drama em gente que desarrolla esta poesía imprescindible.

Santos Domínguez