16/3/15

Owen Barfield. Salvar las apariencias


Owen Barfield.
Salvar las apariencias.
Un estudio sobre idolatría.
Traducción de Joaquín Chamorro Mielke.
Atalanta. Gerona, 2015.

Literatura, filosofía y pensamiento son las tres disciplinas que Owen Barfield (1898-1997) situaba "en el corazón mismo de lo que significa ser humano", señala Sam Betts en el prólogo de Salvar las apariencias, que publica Atalanta con traducción de Joaquín Chamorro Mielke.

Es la primera vez que se traduce al español esta obra fundamental, subtitulada Un estudio sobre idolatría, de quien fue uno de los fundadores del grupo de los Inklings, junto con Tolkien y C. S. Lewis.

Salvar las apariencias se publicó en 1957 y consta de veinticinco capítulos breves e intensos que abordan la evolución de la conciencia a través de una serie de líneas y confluencias que conectan la mitología y la literatura, la ciencia y la historia, el pensamiento lógico y el pensamiento mágico, el mundo interior y el mundo exterior.

Un volumen sobre el conocimiento de sí mismo y del mundo, sobre la necesidad de recuperar una consciencia que debe ser inseparable de la realidad exterior a través de una autoconsciencia que encuentra su clave en el lenguaje y en la metáfora como mecanismo de fusión entre lo material y lo inmaterial, entre lo interior y lo exterior, porque –explica Barfield- el mundo que vemos nunca será objetivo: siempre dependerá de nuestra propia percepción del mundo fenoménico, que siempre es correlativa a la evolución de la consciencia humana.

Frente al error, asentado en la rutina y en la inercia de la percepción, de entender la conciencia como algo ajeno a la naturaleza y de considerar el mundo natural como una realidad carente de significado interior, como una máquina o una suma de objetos y apariencias, Barfield intenta salvar el abismo que se abre entre la estructura física atómica de naturaleza de las apariencias del mundo familiar, como señala en la introducción de 1957, que matizó en una nueva introducción de 1988: el tema del libro no es la naturaleza de la realidad; es la evolución de la consciencia.

Ese es el objeto fundamental de estas páginas, explorar cómo ha ido cambiando nuestra conciencia de la naturaleza a lo largo de la historia, cómo ha evolucionado históricamente la relación entre la mente y el medio, entre la conciencia y la apariencia.

El resultado, concluía en 1988 Barfield, es una historia de la conciencia humana, particularmente de la historia de la consciencia de la humanidad occidental durante los últimos tres mil años más o menos.

Santos Domínguez