22/10/16

Joaquín Márquez. Trasmallo




Joaquín Márquez.
Trasmallo.
Selección de poemas 1974-2012.
Prólogo de Manuel Mantero.
Devenir Poesía. Madrid, 2016

Hablo de tres amigos y de una larga tarde.
La ciudad era entonces más alegre; los años
duraban mucho, y poco duraba la tristeza.
Hoy puedo ver partículas de esas horas vividas
en el calidoscopio de la memoria; gestos
como breves relámpagos, palabras
entrecortadas, pasos que se traga la niebla
como al día siguiente de una gran borrachera.
Y no bebimos tanto, al menos no bebimos
como si acompañáramos a un condenado a muerte.
Hablo de tres amigos y de una larga tarde
propicia a la locura, donde eran los caminos
herencia del azar (pasó junto a nosotros
una mujer con música, el mundo en la cintura,
sin que se deshojaran sus pestañas de seda).
Las copas de champán nos midieron las horas
con alas de clepsidra y no lo comprendíamos.
Hablo de tres amigos, y un poeta de mármol,
profanando el jardín donde el cortometraje
de un suspiro extendía su desmayo a la piedra.
Enfrente el árbol daba su sombra como un fruto,
descifrando en silencio la entraña de los pájaros.
Para saber la edad de un hombre también hay
que derribarlo.
                        Miro
por la rendija del recuerdo, acudo
a los mismos lugares, desentierro
una sonrisa de metal, un ánfora
que ya no se cimbrea, una moneda
con fecha. Son los únicos vestigios
de aquella raza alegre,
de aquellos pobladores.
                                        Hablo de dos amigos
y de una larga noche.

Ese poema, Hablo de tres amigos y un poeta de mármol, publicado originalmente en el volumen Plantaciones de lúpulo (1989) forma parte de la antología Trasmallo, publicada en Devenir, en la que se reúne una selección significativa de la obra poética de Joaquín Márquez entre 1974 y 2012.

Entre El tren desnudo y Pira de incienso, Trasmallo ofrece una muestra que refleja las claves temáticas y estilísticas de la poesía del autor sevillano, la confluencia de temas y tonos, de miradas y metros, de tiempos y lugares que conforman su universo vital y literario. 

Del soneto al poema en prosa, del verso libre al arte menor asonantado de aire tradicional, de la silva a la soleá, conviven en estos versos lo culto y lo conversacional, lo cotidiano y lo universal, la anécdota festiva y la dolorosa evocación elegíaca, el instante detenido en la memoria, la experiencia recreada en el ritmo comedido y en la imagen iluminadora. 

Entre el relámpago de la metáfora y la reflexión severa y honda, entre la Torre Eiffel y la Giralda, entre lo lírico y lo narrativo, entre el amor y la muerte que están tan presentes en sus libros, por debajo de la variedad recorre estos poemas una corriente continua de verdad cordial y de cuidado de la palabra, de emoción ante la belleza y conciencia del tiempo. 

Y al fondo, muy al fondo, detrás de la ironía y la distancia, una mirada dolorida que emparenta a Joaquín Márquez con el Barroco andaluz a través del tema del sueño, una constante vertebral de su poesía, o de la simbología del agua o el espejo que destaca Manuel Mantero en su prólogo, 'Tras el tiempo pasado'.

Como en este Puente de Triana:

Frustrado Ulises, vengo
al puente de Triana
a mirar cómo el agua
zarpa hacia ayer, sin otra embarcación
para la travesía
que la de mi memoria.
Y el cactus del recuerdo con sus púas
dolorosas, me apresa;
consuelo al que me presto
como quien martiriza
su corazón con un puñal de oro.

Santos Domínguez