18/10/16

Mont Saint Michel y Chartres


Henry Adams.
Mont Saint Michel y Chartres.
Traducción de José Rafael Hernández Arias
José Enrique Ruiz Doménec.
Arpa Editores. Barcelona, 2016.

El origen y el significado del gótico, las raíces de la cultura europea. Ese es el subtítulo de Mont Saint Michel y Chartres, un clásico de la literatura de divulgación sobre la época medieval que el estadounidense Henry Adams publicó hace más de un siglo y que aparece por primera vez en español editado por Arpa Editores en una estupenda edición traducida por José Rafael Hernández Arias y prologada por José Enrique Ruiz Doménec. 

Bostoniano refinado, escritor cuidadoso y preciso, como señala el prologuista, Henry Adams  (1838-1918) completó sus estudios en Europa y elaboró en este volumen un intenso y profundo relato que aborda en sus dieciséis capítulos la esencia del gótico a través de su arquitectura y su literatura, de la religión y la filosofía, de la teología o la poesia trovadoresca.

Centrado en el siglo XII, su talante narrativo intenta captar y transmitir el tono espiritual de una época que encontró su identidad más significativa y duradera en el arte y en la literatura, en la abadía del Mont San Michel y en la Chanson de Roland, que “es una con el Mont-Saint-Michel”, porque “es en poesía lo que el Monte es en arquitectura.” 

En torno a la abadía de Mont San Michel y a la catedral de Chartres, Adams describe torres y pórticos, esculturas y vitrales, vincula el gótico al desarrollo del culto mariano porque "todo lo que los cantares no podían expresar, floreció en el gótico; lo que la mente masculina no podía idealizar en el guerrero, se idealizó en la mujer; ninguna arquitectura elevada en la tierra, a no ser el gótico, causó este efecto de lanzar su pasión hacia el cielo.” 

Y así elabora el autor un libro que puede leerse como guía de viaje, como una historia de la cultura, como un relato que reconstruye el clima espiritual de aquel periodo floreciente de la cultura, marcada por la importancia decisiva de la religión y el arte como elementos vertebradores de aquella sociedad. 

La imaginación y los trovadores, el amor cortés y Leonor de Aquitania, las rivalidades teológicas en las que se vio envuelto Tomás de Aquino, los ábsides y los rosetones,  María de Champagne y Chrétien de Troyes o la filosofía de Pedro Abelardo son algunos de los rasgos característicos de un movimiento en el que se fraguó un primer renacimiento que marcó decisivamente la identidad europea.

Santos Domínguez