21/3/18

Kurt Vonnegut. Barbazul


Kurt Vonnegut.
Barbazul.
Traducción de Gemma Rovira.
Hermida Editores. Madrid, 2018

Como “una novela y, además, una autobiografía burlona” define Kurt Vonnegut su Barbazul. Autobiografía de Rabo Karabekian (1916-1988), una obra que publicó en 1987 y que reedita Hermida Editores con traducción de Gemma Rovira.

Es la autobiografía ficticia de Rabo Karabekian, un pintor expresionista fracasado y setentón. Californiano, hijo de inmigrantes armenios supervivientes del genocidio, tuerto y viudo, compañero artístico de Rothko y Pollock, que empieza a escribir en 1987 este Barbazul en el que se mezclan la memoria y el diario, el pasado y el presente, impulsado por Circe Berman, una viuda de 43 años, autora de literatura comercial para quinceañeras, que se instala en su mansión playera de Long Island:

Soy el viejo pintor americano Rabo Karabekian, un hombre tuerto. Nací de padres inmigrantes en San Ignacio, California, en 1916. Empiezo esta autobiografía setenta yn un años más tarde. Para aquellos que no estén familiarizados con los misterios ancestrales de la aritmética, eso quiere decir que estamos en el año 1987.
No nací cíclope. Fui privado de mi ojo izquierdo en Luxemburgo, hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, mientras mandaba un pelotón de Ingenieros del Ejército, todos ellos, curiosamente, artistas de un tipo u otro en la vida civil. Éramos especialistas en camuflaje, pero por aquel entonces luchábamos por nuestras vidas igual que la infantería común y corriente. Los integrantes de la unidad éramos artistas, pues había alguien en el ejército que suponía que nosotros seríamos especialmente buenos en camuflaje.

Entre el homenaje y la parodia crítica del expresionismo abstracto, Barbazul es además la historia de un secreto, porque, como en el cuento homónimo, hay aquí también un espacio prohibido: el del almacén de patatas, que contiene el secreto de un mural – Ahora les toca a las mujeres- de ocho paneles de dos metros y medio por veinte, pintado sobre el soporte de los restos del que iba a ser su mejor cuadro: Azul de Windsor diecisiete, del que se desintegró la pintura. 

De toda la gente que ha oído hablar de mi almacén de patatas, la persona que encuentra el misterio más intolerable es sin duda Circe Berman. Me persigue continuamente para que le diga dónde están las seis llaves, y yo le digo que están enterradas en un cofre de oro al pie del Monte Ararat.
La última vez que me lo preguntó, y fue hace unos cinco minutos, le dije:—Mira, piensa en otra cosa. Soy Barbazul, y por lo que a ti respecta, mi estudio es mi alcoba prohibida.(...) El almacén se ha hecho bastante famoso en el mundo del arte. Cuando les enseño la colección de la casa a los visitantes, muchos de ellos me preguntan si puedo enseñarles también lo que hay en el almacén…..Una revista de arte afirmó que sabía exactamente lo que había en mi almacén: la obra cumbre del expresionismo abstracto, una obra que yo mantenía apartada del mercado para hacer ascender el valor.

Como ese mural, en el que cada figura está ligada a una historia de guerra, Barbazul, en la que se cruzan los traficantes de armas con los traficantes de cuadros y la guerra mundial con el arte vanguardista, no es sólo una reflexión sobre el arte moderno, sino sobre todo una representación de la historia contemporánea a través de las destrucciones y sus supervivientes, un exorcismo del pasado, una mirada a la modernidad y la vanguardia reducidas a la nada y al fracaso y sometidas a la comercialidad del arte.

A través de sus páginas Vonnegut recorre la política y la sociedad, las relaciones conflictivas entre hombres y mujeres, el papel del arte en el mundo actual, la caída del mito del progreso, la crítica del imperialismo de EE.UU., la energía nuclear, los autoritarismos y los genocidios con una mirada en la que conviven el escepticismo y la ironía, el humor y el desaliento.
Santos Domínguez